19.5.16

Educacion Familiar: desarrollo afectivo-emocional del niño


Toda experiencia emocional supone dos requisitos: el conocimiento de que el cambio corporal (fisiológico) que conlleva es un fenómeno de tipo interno y un proceso evaluativo de dichos cambios internos. El proceso evaluativo se refiere a analizar la cualidad de la emoción, ya sea tristeza, alegría, etc., que se produce en nuestro interior. La expresión de la emoción no tiene necesariamente una correspondencia con la experiencia emocional.

En esta etapa, entre los 9-12 años, aparecen experiencias emocionales específicas: miedo, felicidad, amor; en una etapa posterior, de los 12-14 años, se desarrolla la empatía, la culpa y la vergüenza. No todas las emociones aparecen a la vez. Pero esto no quiere decir que en etapas anteriores no se hayan dado ningún tipo de emociones, aunque éstas son más básicas. Son emociones que respondían a estímulos como el ruido, el hambre, los extraños...


   
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En el desarrollo adecuado de las emociones hay dos elementos a tener en cuenta y son:

- Las figuras de apoyo (con las que se establecen los vínculos afectivos) tienen una influencia importante sobre el desarrollo social. Cuanto mayor sea el vínculo afectivo establecido con las figuras de apoyo mayor será el grado de desarrollo social y su estabilidad y desarrollo afectivo-emocional.

- Sin una historia afectiva adecuada perciben las normas sociales como «externas» y sólo se cumplen por sanciones. En un ambiente afectivo, el desarrollo social y moral es más adecuado. Los valores son interiorizados por los niños y niñas. Sin embargo, los menores que crecen en un ambiente pobre, emocionalmente hablando, son los que mayores dificultades presentan en su desarrollo social y moral, y quizá los que más conductas antisociales y psicopáticas presenten en etapas posteriores, sobre todo en la adolescencia, resultando los/as más conflictivos/as.

La afectividad y los sistemas educativos van a generar unos u otros comportamientos según las pautas dadas, así:

- Las pautas democráticas fomentan la iniciativa y asunción del control de la situación. Son pautas en las que el niñ@ y la niña pueden intervenir democráticamente en la toma de decisiones, su opinión es tenida en cuenta, aunque se establecen criterios objetivos de actuación.

- Las pautas autoritarias fomentan que las conductas se establezcan de forma autoritaria por parte de la figura paterna/materna, donde suelen imperar en ocasiones la agresividad. Esta agresividad, y el uso del castigo físico, generalmente tienen como consecuencia una falta de afecto, de autoestima en los niños y niñas y en comportamientos antisociales.

- Los patrones permisivos (dejar hacer, sin existencia de control) pueden generar conductas de agresividad. En este caso, las conductas se rigen por los criterios de los menores que no tienen que dar cuenta de sus conductas a ningún adulto, por lo que crecen en un ambiente carente de normas y de modelos sociales, donde todo está permitido.


Pautas educativas familiares

Educador Familiar. Intervencion






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